(Foto: Cubadebate) |
El
concierto por los Cinco, en la escalinata de la Universidad de La Habana, este sábado primero
de marzo, fue el mejor cierre de la semana llena de expectativa para el pueblo
de Cuba, atento cada día a la fecha de excarcelación del Héroe Fernando
González.
La
cita patriótica estuvo matizada por muestras de regocijo, únicas en Magalis
Llort, la madre escoltada por el hijo amado, mientras seguía con
sonrisa amplia y movimientos el ritmo de la música, que en otros momentos solo
dejaría la nostalgia de la separación.
Al
otro lado, nadie más que la esposa Rosa Aurora, en el privilegiado lugar de
espacio físico y de amor mutuo, que no pudieron marchitar los tres lustros de
soledad y fría celda.
La
gran concentración de jóvenes abrigó a los familiares de los Cinco, en ese
encuentro de alegría, pero también de invocación a los compañeros aislados en
el norte brutal a seguir con su entereza, frente a las pretensiones imperiales
de ver doblegada su fe en la victoria.
Desde
el concierto, los artistas mostraron una vez más su arma de combate y denuncia,
a favor de la liberación de los compatriotas, ante quienes tenemos la deuda de habernos
protegido de atentados terroristas, al costo de peligros, la lejanía de los
seres queridos y relegar el disfrute de los placeres juveniles.
Al
demandar justicia y que el gobierno ponga fin a las condenas, conmueve el
prolongado tiempo de violaciones a los derechos de nuestros compatriotas, para
quienes ya están muy marcadas las huellas del tiempo en su piel, en los
cabellos encanecidos, y más doloroso aún en los males del cuerpo, con la salud
afectada.
¡Tanta
irracionalidad debe cesar!... ¿Cómo pueden los captores apoyar la cabeza en la
almohada sin el más mínimo sentimiento de humanismo?
Tampoco
conoce el significado de tener encerrados a los luchadores por la vida,
mientras agasaja a los terroristas confesos y asalariados de la prensa
confabulados en la campaña hostil desatada en Miami para cambiar la historia; y
como si eso no bastara, pretendieron negociar la libertad, a cambio de la falsa
declaración de culpabilidad, sinónimo de apagar la luz de la verdad y la dignidad.
Del
lado de la razón están esas muchas personas que han apoyado la campaña
internacional por la excarcelación de Cinco hombres primero, y ahora tres,
fieles a su archipiélago casi perdido en el mapa, cuya valía mayor está en esas
5 décadas y media de resistencia ante la agresión del más poderoso imperio de
la tierra.
A
René y Fernando los mantuvieron en el cautiverio hasta el último minuto de sus
condenas; ahora se juntan para seguir la obra inconclusa de completar con
Gerardo, Ramón y Antonio las tres puntas de la estrella, que solo entonces
brillará plena de luz en el suelo natal.
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