sábado, julio 19, 2014

Palestina, el precio de querer existir



Pertenecer a la especie humana no es la única coincidencia que me hace estremecer ante las imágenes de horror que muestran los medios de prensa, con niños entre la mayoría de las víctimas del bombardeo de Israel contra Gaza, en la nueva ofensiva sionista.

Aún tan distantes desde el punto de vista geográfico, otras circunstancias nos hacen cercanos. Todavía me conmueve la nostalgia por el fallecimiento del joven palestino Káder, cuyo cariño y bondad compartimos muchos en la Universidad de Oriente, en Santiago de Cuba, en la década del 80 del siglo pasado.

Nos tratábamos cual coterráneos, siempre con la alegría en su rostro y motivos suficientes para reír, hacer chistes, bromar, pasear y servir a quien necesitase cualquier apoyo, como si no temiera a esa sombra de peligros siempre al acecho de su lugar de nacimiento.

Unos años después de su regreso, graduado de Periodismo, acá se trasmitió entre compañeros de estudios la infausta noticia de su muerte, al coincidir con un atentado su entrada a una cafetería o algo similar.

Gran pesar provoca ese horror que ronda cada día a las familias en Palestina, de donde también estuvieron en mi curso de la universidad Haidar y Maher, amables, respetuosos y con muchos deseos de convertirse en profesionales, y así obtuvieron sus títulos.

Aunque luego de la despedida no hubo reencuentros, sí queda en la memoria el tiempo compartido, junto al respaldo de sus anhelos de vivir en paz que nunca se han hecho posibles, ante el genocidio israelí con atrocidades y martirios comparables a lo vivido por las víctimas del fascismo en Europa, tan solo porque hay un  pueblo persistiendo en el derecho a existir.

jueves, julio 17, 2014

Verano de diversión


Marquito en su tarea

Con altas temperaturas, los vacacionistas continúan el programa o la inspiración recreativos del verano,  que concluirá en agosto.

En esta etapa para trabajadores y estudiantes se junta la añoranza de un respiro en casa, con la comodidad de la ropa fresca, el juguito u otra bebida  a la mano y el disfrute de la televisión u otras opciones en familia.              

Niños y adolescentes guardaron la mochila hasta septiembre, encantados de vestir ropa cómoda, tras la pelota, el juego de bolas, y las áreas deportivas o improvisadas en la comunidad; mientras no faltan los adultos enojados por su algarabía y energía inagotables, incluso en horario nocturno.

El verano está asociado a las vacaciones y al ocio durante sus días largos y soleados, cuando el intenso calor incita a las actividades al aire libre, a disfrutar de la playa, el río, los parques o los paseos en general. El verano suele aparecer vinculado a la diversión y la alegría mientras que el invierno es una etapa más tranquila, de días grises.
Arlini,Arletis y Yoan, de receso

Las vacaciones masivas no son casuales en la época más calurosa, pues el agotamiento corporal es mayor, así como la necesidad de descansar y el desgano para trabajar, al que se sobreponen quienes postergan su descanso, o se ocupan de labores que aseguran el disfrute de otros.
       
El verano trae multiplicidad de matices entre grupos de amigos que comparten visitas, escenarios recreativos o celebraciones,   también facilita la conquista de una pareja, el reencuentro de familiares y bajar el estrés. 
Base de campismo "La Golondrina". Santiago de Cuba
       
Cada momento será ideal para el disfrute a plenitud, limar diferencias, promover reencuentros, evitar conflictos,  enaltecer la unidad familiar y fomentar la armonía en todos los ámbitos, viendo cada minuto como   el más importante de nuestras vidas.