viernes, septiembre 20, 2013

Apoyo a Cuba y cinco de sus hijos



Hasta Las Tunas llegó un grupo de miembros de organizaciones latinas solidarias con Cuba residentes en Suecia, quienes dialogaron con periodistas e intelectuales, como parte del programa organizado del  8 al 21 de septiembre en visita a la Isla caribeña para intercambiar con su pueblo.


En su mayoría lo integran fotógrafos y trabajadores de  la radio y la televisión, personas progresistas, de izquierda, identificados con la causa de la Revolución cubana e interesados en conocer la realidad cubana, sobre todo desde el punto de vista social y cultural. 


Muy activos se han mantenido en la solidaridad con Cuba desde hace más de 20 años, y apoyan la campaña por la liberación de cinco cubanos antiterroristas prisioneros en los Estados Unidos (EE.UU) hace 15 años. Este es el segundo viaje a la nación caribeña, antecedido por el de similar fecha, el pasado año.

La delegación provincial del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, (ICAP) coordinó un encuentro de los visitantes en la sede territorial de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), donde reafirmaron sus propósitos solidarios y a favor de la paz.



Muestras similares llegan de otras naciones, durante la Jornada de solidaridad con los Cinco y contra el terrorismo, iniciada el pasado 5 de septiembre y que se extenderá hasta el 6 de octubre próximo. El ICAP en Las Tunas ha recibido mensajes como los de Tomi Kuhane, de la Asociación de Amistad Finlandia-Cuba. 



Este da cuenta de que en todo el país europeo, la campaña de las cintas amarillas por la liberación de los 5 está presente en actividades políticas, culturales y de la paz, y comunistas finlandeses se sumaron a la campaña por la liberación de los 5 durante una actividad celebrada en Helsinki el sábado 14 de septiembre.


El Comité Argentino por la Libertad de los Cinco y el Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba también organizaron su acción. Desafiando la permanente amenaza de una tormenta y gracias a la firme determinación de los participantes, el 12 de septiembre se desarrolló la Marcha a la embajada yanqui para exigir la libertad de Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González.



Atada a la valla de la Embajada Yanky quedó una enorme cinta amarilla, que simboliza un mensaje que el pueblo estadounidense entiende  muy bien: " Estamos esperando el regreso a Cuba de Gerardo, Ramón, Antonio y Fernando" 

En la misión diplomática imperialista dejamos una nota dirigida al Embajador de los EEUU en nuestro país:" ... la permanencia en prisión de estos cuatro ciudadanos cubanos constituye un acto de crueldad y ensañamiento injustificables y un grave atropello a los Derechos Humanos. ... "El Sr Barak Obama  puede remediar esta injusticia. Está en sus manos hacerlo. Una acción noble y justa de su parte será, para sus hijos y su pueblo, un legado más valioso que la más fantástica de las fortunas".



Más información:
http://www.cubainformacion.tv/index.php/los-cinco/51985-movilizacion-en-argentina-por-los-cinco-a-15-anos-del-injusto-encarcelamiento-fotos
Comité Argentino por la Libertad de los Cinco
 Blog: http://www.argentinaporlos5.blogspot.com/
 Facebook: Comité Argentino por la Libertad de los 5
                e-mail: comiteargentinoporloscinco@gmail.com

jueves, septiembre 12, 2013

¿Tanto amor por los Cinco?



Sí,es cierto,se trata de seres carnales, pero con diferencias y singularidades poco o nada común respecto a sus semejantes… Y es ahí donde brotan argumentos comprensibles como los dados a mi propia madre, cuya baja audición le limita apropiarse de las explicaciones técnicas del juicio más largo en los Estados Unidos.

El pueblo los espera
Entonces no cabe otro lenguaje que el sencillo y ameno, al decir que esos hombres sancionados a severas e injustas condenas fueron a los EE.UU a defender a su pueblo del terrorismo, sin poder hacer pública su verdadera identidad, pues no habrían conseguido la aprobación del gobierno de un país ensañado por más de cinco décadas con un pueblo desprendido de su tutela.

Los antiterroristas cubanos no dañaron la seguridad de aquel país, ni a su pueblo, incluso entre sus propios coterráneos hay testigos que así lo confirman; pero esas evidencias, las de periodistas pagados para lograr un clima hostil durante el juicio y otras tantas no se han presentando ante el jurado, bajo presión y amenaza.

El gran delito de los Cinco es haber nacido en Cuba, esta islita, un puntico perdido en el mar Caribe, continuar fieles a su Patria y no haber aceptado nunca declararse culpables.

Sin la verdad como escudo, nadie habría consagrado 15 largos años de sus vidas a privarse del aire, el sol, la familia, los amigos, los anhelos de sus vidas, la posibilidad de tener hijos o el verlos crecer a su lado y el de sus esposas y demás familiares.

Solo la irracionalidad y el odio pueden  estar negados a desoir los testimonios de esas personas cuyas vidas cambiaron para siempre desde aquel 12 de septiembre de 1998.

Algunas se prepararon para lejanías y ausencias, pero ninguna para castigos inmerecidos, como los del hueco, que solo de imaginarlo le cortaba la respiración a Irma, la madre de René González, ya en su tierra, aunque sin libertad total mientras siguen cautivos sus hermanos de causa.

La solidaridad mundial desafía el obstáculo del silencio de la gran prensa, una barrera sólida contra la cual se encaran personas de bien, atraídas por la justeza de la lucha; quienes se quedan apegadas al afán de ver triunfar su empeño.

Suman ya 3 lustros de ignominia. Un nuevo 12 de septiembre recibió el pueblo cubano con un amanecer del color amarillo repartido en cintas, lazos, prendas de vestir y otros tantos atributos, surgidos de la idea del Héroe René de tocar con sus propios símbolos la sensibilidad del pueblo estadounidense.

Es menester ponerse en el lugar de esos familiares que sienten mezcla de orgullo y dolor; de las hijas de Ramón Labañino que quieren su pronto regreso y no en silla de ruedas; de Adriana cuya mirada languidece sin haber podido reencontrarse con Gerardo Hernández; de Mirtha, la madre de Antonio Guerrero, presionada por el inexorable paso del tiempo, así como de Magalys la madre de Fernando González, aunque ya esté próxima la conclusión de su injusta pena.