sábado, febrero 08, 2014

Zoilita: Heroína del corte a la medida



En uno de esos momentos reservados para mostrar  respeto y afecto me fui hasta casa de Zoila, quien me recibió con cierto alborozo, aunque me pareciera que el sentimiento debía ser más bien a la inversa.
  

Dicho así de simple podría parecer que se trata de una anfitriona irrelevante, pero todo lo contrario, hablo de Zoila de la Caridad Sánchez Ochoa, Heroína del Trabajo de la República de Cuba. En la ciudad de Las Tunas, provincia de igual nombre, reside esta mujer abnegada, y se alegra con las caras conocidas, pero en especial con el gesto de sentirse recordada en su etapa de jubilación.

Entonces no desaprovecho la oportunidad de colocar ante ella la grabadora, en el difícil intento de pedirle hablar de si misma; poco a poco fluye el recuento de una noche del 2001 que muy bien guarda entre los momentos emotivos de su vida.

Allí estuve, cuando dirigentes del Sindicato de la Industria Ligera, donde laboró por  cinco décadas, llegaron hasta su cuadra para informar a los vecinos del título honorífico y el extraordinario aval que la hizo acreedora del mismo.  Los reconocimientos representan un orgullo para su esposo, Rafael Hernández Canet, con quien mantiene 51 años de matrimonio, apoyándola en el hogar mientras ella permanecía por más de ocho horas en el taller.

Por instantes desnuda la tristeza del esporádico contacto con trabajadores de su sector, incluidas muchas de las alumnas que bebieron de su fuente de conocimientos como profesora de costura, o tuvieron en ella un referente de consulta sobre todo en el corte, con esa precisión puesta en cada prenda.

En el Combinado de Artesanía de Industrias Locales, VASCAL, situaciones familiares la obligaron a acogerse a la jubilación, pues en sus planes nunca había estado, a pesar de cumplir los requisitos; ahora son los problemas de salud la limitación para volver a enrolarse tijera en mano en el corte y costura, su pasión laboral. 

Mientras conversamos, ella parece renovar su ánimo con mi presencia e ignora que otra vez resulta a la inversa: esa vocación de laboriosidad me inspira para esta crónica y otras muchas ideas; pero contengo las emociones, mientras indago en otros momentos de su trayectoria.  

Entonces me cuenta que las prendas femeninas son las que considera más difíciles de confeccionar, sin embargo las asume sin temores, tanto que en su propio hogar tomó las medidas para el vestuario del debut de las integrantes de la carroza tunera de “Las Voluminosas”.

Descubro ahí una de sus satisfacciones de poder ser útil, aun fuera del taller; pero luego recuerda la sorpresa del atardecer de un 8 de marzo, cuando acababa de regresar a la casa sudorosa, y esta sensación se le multiplicó al abrir la puerta y encontrar frente así a Teresa Amarelle, la entonces Primera Secretaria del Partido en Las Tunas, hoy Secretaria General de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).

Antes de la despedida, otra vez me irradia el optimismo; el ocio sigue fuera de sus propósitos. En la próxima visita quizás la encuentre ya frente a alumnas, porque en su delegación de la FMC se pretende crear un espacio de enseñanza del oficio de corte y costura, y permitirá a Zoila, o más cercana aún, a “Zoilita”, canalizar ese temperamento con el cual la dotó la naturaleza, que es sabia.    
      

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