miércoles, enero 01, 2014

Fidel, vocación de pueblo



En el Parque Céspedes de Santiago de Cuba se congregó el pueblo hace 55 años, jubiloso por el triunfo del primero de enero de 1959, y escuchó la afirmación de la llegada al fin a Santiago.”Duro y largo ha sido el camino, pero hemos llegado.” De su vocación popular dan cuenta varios fragmentos que seleccioné de aquel discurso. 

Yo no voy a decir que la Revolución tiene el pueblo, eso ni se dice, eso lo sabe todo el mundo.  Yo decía que el pueblo, que antes tenía escopeticas, ya tiene artillería, tanques y fragatas; y tiene muchos técnicos capacitados del Ejército que nos van a ayudar a manejarlas, si fuese necesario. ¡Ahora sí que el pueblo está armado!  Yo les aseguro que si cuando éramos 12 hombres solamente no perdimos la fe, ahora que tenemos ahí 12 tanques cómo vamos a perder la fe.

…Aquí estamos, sencillamente, a las órdenes del pueblo.  Lo legal en este momento es el mandato del pueblo”. Así lo aseguró hace 11 lustros, y nunca ha faltado a esa palabra, en su condición de Comandante en Jefe, durante el continuo intercambio con las masas aun en los momentos más complejos que los previó desde temprana fecha.

...La Revolución no se podrá hacer en dos días; ahora, tengan la seguridad de que la Revolución la hacemos.  Tengan la seguridad de que por primera vez de verdad la República será enteramente libre y el pueblo tendrá lo que merece…El poder no ha sido fruto de la política, ha sido fruto del sacrificio de cientos y de miles de nuestros compañeros.  No hay otro compromiso que con el pueblo y con la nación cubana.  Llega al poder un hombre sin compromisos con nadie, sino con el pueblo exclusivamente.

Se trata del hombre que aprendimos a admirar sobre todo  por sus actos apegados a la palabra empeñada;  y  nunca faltó la alerta a cuánto sacrificio más sería necesario, verdad corroborada en las tempranas agresiones a la joven Revolución, en el duro Período especial de los años 90 del pasado siglo, y en el permanente bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos contra Cuba.  

No creemos que todos los problemas se vayan a resolver fácilmente, sabemos que el camino está preñado de obstáculos, pero nosotros somos hombres de fe, que nos enfrentamos siempre a las grandes dificultades.

…¡Qué mayor gloria que el cariño de nuestro pueblo!  ¡Qué mayor premio que esos millares de brazos que se agitan llenos de esperanza, de fe y de cariño hacia nosotros! .
Nunca nos dejaremos arrastrar por la vanidad ni por la ambición, porque como dijo nuestro Apóstol:  “Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz”, y no hay satisfacción ni premio más grande que cumplir con el deber como lo hemos estado haciendo hasta hoy, y como lo haremos siempre.  Y en esto no hablo en mi nombre, hablo en nombre de los miles y miles de combatientes que han hecho posible la victoria del pueblo.

Y solo aquí me resta decirles, con modestia, con sinceridad, con profunda emoción, que aquí en nosotros, en sus combatientes revolucionarios, tendrán siempre servidores leales, que solo tendrán por divisa servirles.

Tengo la satisfacción de haber creído profundamente en el pueblo de Cuba y de haberles inculcado esa fe a mis compañeros. Esa fe, que más que una fe es una seguridad completa en todos nuestros hombres. Y esa misma fe que nosotros tenemos en ustedes es la fe que nosotros queremos que ustedes tengan en nosotros siempre.

Lea más:
http://www.cubadebate.cu/opinion/2014/01/01/fidel-castro-el-1-de-enero-de-1959-esta-vez-si-que-es-la-revolucion/

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