Junta la historia coincidencias de personalidades
altruistas, despojados de cualquier apego material para servir al bien de su
Patria y la humanidad, definición que conlleva, a no a pocos, a un alto costo.
El pueblo sudafricano llora a su líder Nelson
Mandela, el mundo se duele porque dejar de existir ese hombre invicto que nunca
claudicó ante las presiones de renunciar
a sus ideales de lucha contra el apartheid, opresor racial al que puede
añadirse como otro estrago la afección pulmonar arraigada en su nonagenario cuerpo,
consecuencia de 27 años de presidio sin la atención de salud necesaria.
Para los carceleros eran insignificantes ese y
otros tantos pesares que vivenció en la soledad de su encierro, durante un
período en el cual no perdió ni un solo segundo para escribir la obra de su
vida fecunda que por sí misma lo hace inmortal.
Cómo no ser entonces un gran paradigma que
hoy guía esa lucha de resistencia y fidelidad de Gerardo, Fernando, Antonio,
Ramón y René, hacia quienes se han descargado odio, castigo y chantajes del
imperio.
Ahora llega con la palabra de Gerardo, a
nombre de los cinco antiterroristas, uno de los mensajes conmovedores por el
deceso del expresidente sudafricano Nelson Mandela, cuya gloria no pueden mancillar tampoco
quienes hoy mantienen las injustas condenas a nuestros Héroes.
También en sus cuerpos dejan huellas de
padecimientos de salud estos más de 15 años de cárcel, a la que les llega el
aliento de las miles de personas que en el mundo aúnan voluntades en reclamo
por su liberación, mientras se
multiplica el empeño de expandir al viento las voces de la verdad.
El pueblo sudafricano y el mundo despiden con
profundo dolor a su líder Nelson Mandela, cuya obra trasciende fuera de su
tierra natal y se irradia como bandera que seguirá guiando las causas de
emancipación y lucha en cualquier sitio del universo.
Campañas solidarias, como las que acompañan a
los Cinco, presionaron para que se
devolviera a Nelson Mandela a su tierra, a su pueblo, a su lucha; y ese gran amigo de Cuba, cuando estaba próximo
a las tres décadas de prisión volvió a su derrotero de líder y estratega.
Todavía le alcanzaron el tiempo y la vida para convertirse en el primer
presidente negro de Sudáfrica, pero más que eso perdurará su ejemplo como
eterno luchador por las causas justas, aval de su Premio Nobel.
Para los cinco cubanos luchadores contra el
terrorismo es y seguirá siendo motivación de combate y resistencia la excelsa
figura de Nelson Mandela, a quien se rinden los honores de su pueblo y de las
masas redentoras a favor de un mundo mejor.
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