viernes, noviembre 29, 2013

Mi portada de ensueños



En las regiones más al oriente de Cuba, muchas personas suelen  decir con cierto orgullo que por acá se divisa primero el Sol, y desde luego no quiero quedarme fuera de ese grupo para compartir la parte mía. 

A las características geográficas de mi pueblo natal no las distingue una naturaleza exuberante, pero si tiene atractivos propios de un lugar ubicado en la zona rural al suroeste de la provincia de Santiago de Cuba. Lo describo como una especie de valle, rodeado de montañas, no tan elevadas las más próximas pero sí las más alejadas. 

La vista es hermosa hacia los alrededores, con mucho verdor, y cada mañana junto al despertar de los gallos llega el encanto del alba, tan cercano que la mirada lo ubica casi al toque de las manos. 

Tras más de 20 años de residir fuera de la localidad no dejo de disfrutar los amaneceres de mis cortas visitas; me resulta raro, pero placentero, sentir tan cercana esa imagen, cual si no me demorase tanto tiempo en verla, tanto que decidí escoger una para la portada del blog; aunque el día se presentó algo nublado, no impidió la salida del astro rey.

Mi pueblito se llama Los Negros, aunque no tiene nada que ver con diferencias raciales que alimentan bromas respecto a haber sido desplazado a 10 kilómetros por los habitantes de Baire, uno de los sitios del reinicio de las gesta independentista cubana, el 24 de febrero de 1895.

El nombre sí es alegórico a luchas y diferencias sociales, pues cuentan que allí existió un palenque de esclavos negros sublevados contra el dominio colonial español. Resistencia que continuó en otras etapas, para entonces con más mezcla de razas.
Allá perduran mis orígenes, familia, amigos e historias de la infancia y juventud.


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