A
Elmis Tamayo Acosta la conocí por la sugerencia de un trabajo periodístico
acerca de su cultivo de dos plantas de manzano, una de las cuales está en
producción; personas conocidas y otras se han acercado a ella interesados en
conocer de ese logro en Las Tunas, un territorio tan seco y de altas
temperaturas.
La
acogida de la publicación me propició adentrarme un poquito más en lo que une a
la tunera devenida en agricultora, en el patio de la casa, y a la guantanamera Mary
Luz Fonseca, quien también tiene frutales y plantas ornamentales. Ambas se
encuentran jubiladas luego de trabajar juntas en la Empresa Provincial
de Acopio, pero las relaciones se mantienen muy cercanas, lo cual supone cuánta
sinceridad la sustenta.
Sin
dudas una demostración de que el cambio de etapas no tiene que llevar al
distanciamiento, pues incluso se visitan con cierta frecuencia a pesar de
residir en repartos distantes porque siempre tienen temas habituales de
conversación o se actualizan de lo más reciente acontecido para ellas.
Entre estos se cuenta el de los progresos del manzano que en el 2012
produjo una manzana con el sabor tradicional, pero en el 2013 llegó al sexto año de sembrada con alrededor de una
decena de frutos, casi a punto de cosecha los de mayor desarrollo, aunque ya
nos adelantó dos.
Junto
al cultivo de plantas en otras muchas labores le encuentra sentido a la vida;
aquí reproduzco parte de lo publicado en el sitio www.tiempo21.cu, con el título “Las manzanas
de Elmis fuera del paraíso”.
A
Elmis le encantan las plantas, “yo soy guajira, de un barrio de allá de Jobabo
(Rinconcito), a los 16 años me casé y me fui para Cuatro Caminos”, luego se
mudó para Las Tunas, donde “he vivido en patios grandes y nunca me había dado
por esto; quizás la separación de mis hijos que trabajan fuera, me ha dado por
entretenerme más en esas cosas y me ha dado resultado”.
“Me
siento bien, con salud, deseos de seguir viviendo, de estar activa; tengo
algunos achaques y voy a cumplir 60 años, pero estoy contenta con lo que hago,
con mi familia, y mis amistades; tengo una amiga que la quiero mucho, se llama
Mary Luz Fonseca, me visita a menudo, ya se
jubiló también, ahora nos vamos a visitar más, tengo mi hermana que
trabaja cerca de la casa, tengo todo el tiempo ocupado”.
Los
manzanos, limón, naranja, mandarina, ciruela y la cereza surgieron con su
jubilación, y lleva dos años como vendedora de flores naturales por cuenta
propia, que “es empezar otra etapa de la vida, trabajé 34 años con el estado, y
hace cinco me jubilé, a veces pienso que tengo más energía ahora, antes me
levantaba y estaba cansada de los viajes a los municipios, pero estoy hasta hoy
bien, hasta que Dios lo permita”.