Alejadas
de su tiempo podrían considerarse actitudes de mi amigo Manuel Alberto Fernández
Ortiz; pero no es por malo sino todo lo contrario, al menos en mi opinión, es
por los saberes adquiridos en eso de derrochar cortesía, caballerosidad y
frases amables, además de conversar con detenimiento como si pocas veces
tuviera prisa.
Una sonrisa habitual |
Cualidades
de ese tipo me atrajeron desde que nos conocimos aquí en Las Tunas, por
relaciones de trabajo cuando se encontraba en la Empresa Provincial
de Transporte, pues ahora labora en el sector azucarero.
Hoy
15 de enero, está de cumpleaños, momento ideal para escribir estas líneas como una especie de
regalo espiritual, hasta tanto nos veamos pronto, en sus ya próximas vacaciones
durante el tiempo de colaboración en Venezuela.
Suelo
llamar “Manolito” a este amigo que asegura haberse educado muy cerca de uno de
sus abuelos, de quien sigue buenos consejos en la vida, sobre todo en su
comportamiento en las relaciones sociales, como los de nunca considerar tiempo
perdido el compartir una fiesta o encuentro similar con una mujer porque esta
no sea su pareja.
En
nuestra comunicación virtual o directa nunca falta alguna frase de cariño y halago
sin la buena pizca de humor criollo, propio de los cubanos.Me
siento privilegiada con este hombre de cuyos esfuerzos provienen los éxitos
laborales, con capacidad para cualquier desempeño y merecedor del aprecio
sincero de muchos, acorde a sus modos de actuar, perneados de sencillez y
sinceridad.
¡Felicidades
a mi gran amigo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario