El
paso arrollador de un fenómeno meteorológico transforma en cuestión de minutos un paisaje, y en
Cuba con rapidez pone a prueba la solidaridad, presta a crecerse ante la
devastación a viviendas y el entorno en general, como se vive tras el recorrido
del huracán Sandy, del sur al norte de la región oriental.
Desde
la localidad santiaguera de Los Negros, municipio de Contramaestre, al aclarar
la mañana del jueves 25 de octubre recibí la llamada telefónica de mi
hermana María del Carmen con la información resumida en una palabra : ¡acabó! ,
para detallar luego los daños a la vivienda en construcción de Yaimí, mi
sobrina más apegada, profesora de secundaria básica, cuya escuela tuvo mayores
afectaciones que su hogar.
Así
poco a poco, de punto a punto por la ciudad de Santiago de Cuba, el municipio
de Tercer Frente, y las provincias de Holguín y Granma nos pusimos al corriente
de la familia, de lo cual resumimos que el recurso más valioso es cada uno de
ellos sin daño físico, suficiente para recuperar lo material como ya lo hacen, poco
a poco, en los plazos posibles para cada necesidad.
Por
supuesto lamentamos todos el fallecimiento de personas en la capital
santiaguera y Guantánamo; mientras estos días han sido de frecuente
comunicación telefónica para ponerlos al tanto desde Las Tunas de informaciones
transmitidas por la televisión cubana, respecto a decisiones del Consejo de
Defensa Nacional, como las de envío de medicamentos, alimentos y materiales de
construcción.
Aunque
me parece poca esa contribución, ellos la agradecen porque es una forma de
actualizarse, como lo hizo desde Santiago de Cuba una ingeniera de la central
eléctrica Renté, Betty, a quien conocí hace menos de un año e intercambiamos
direcciones y números telefónicos, que hubiese preferido usarlo para un momento
de alegría y no de pesar, pero al menos sirve como algo de aliento, aun cuando
su vivienda no se dañó.
Entre
los trabajos de mayor interés que aporté para mi órgano de prensa estuvieron
sin dudas los de la cooperación solidaria de trabajadores de la Empresa comercializadora
de combustible, y tres brigadas de la Empresa eléctrica de esta provincia, que junto a
otras del país laboran en la restauración de las líneas, con el empeño de restablecer en el más breve plazo el servicio
eléctrico en la ciudad de Santiago de Cuba, u otras localidades.
Así,
unos con un gran aporte, y otros de a poquito, los buenos cubanos hacemos que
el tiempo no se detenga en lamentaciones; cada nuevo día sigue borrando huellas
del huracán, mientras se extiende la
solidaridad desde naciones amigas, donde se reafirma la sentencia de José Martí,
el Héroe Nacional de Cuba, “Quien se levanta hoy con Cuba, se levanta
para todos los tiempos”.