domingo, febrero 22, 2015

Dar y compartir



Mientras los adultos conversan no sabe de qué, la pequeña Analía, de dos años de edad, tiene su ración de helado casi en el fondo del vasito, cuando la mamá le pide brindarle a la vecina, y extiende la manito en lugar de llevarse la cucharita a la boca. 


Lecciones de solidaridad en el dar y compartir son inherentes al pueblo de Cuba desde la cuna; a medida que las personas transitan a la adultez practican cómo no ser indiferentes al dolor de los demás ni ante alguna circunstancia embarazosa, de lo cual se cuentan vivencias.


Durante sesiones gratuitas en la sala de rehabilitación del área de salud del policlínico “Pity Fajardo”, de esta ciudad de Las Tunas, al intercambiar del tema Moraima relató que da “el asiento en la guagua a los ancianos, les ayudo con la jaba o a cruzar la calle”, y en el caso de Flor, “en la farmacia un hombre que ni conozco me completó el dinero para medicamentos, cuyo precio era superior al que yo suponía”. 


Para ella, “son tan cotidianos ese tipo de gestos que pude notar diferencia en la atención de salud en Estados Unidos, cuando acompañé a mi yerno al hospital debido a un sangramiento, y antes del examen médico debió responder varias preguntas al trabajador social acerca del pago del servicio”. 


La conversación había surgido precisamente a partir del noble gesto de compartir un paciente el mentol con una mujer que olvidó el de su esposo para los masajes. Así vemos a diario ese desprendimiento multiplicado frente al egoísmo, que aunque minoritario, lacera valores trasmitidos desde la familia, la escuela, y la vida cotidiana.


miércoles, febrero 11, 2015

Un símbolo de la belleza y el amor



La proximidad del 14 de febrero, Día del amor, parece poner más activas las musas, tanto que hasta en medio de la prisa de cada día no están de más los minutos dedicados a contemplar una flor vista de cerca en otros momentos,  pero sin detenernos. 

Al ver esta de tuna me emocionó observar al detalle cómo puede surgir una flor tan hermosa, con un color llamativo, de una planta  cuyas hojas poseen poco atractivo a la vista, aunque tiene la facilidad de crecer al descuido de dejarla solo en el suelo, sin ni siquiera sembrarla.  

Las flores han sido vistas durante mucho tiempo como símbolo de la mortalidad, la belleza y el amor, debido a que se producen durante los ciclos naturales, los cuales están integrados con los de la Luna, el Sol y el transcurso de las estaciones, y representan el cambio, el crecimiento y la disminución, la vida y la muerte, pues son efímeras: son semillas, luego flores, y finalmente mueren. 

Tanta belleza es aún más sorprendente porque es temporal; representan casi a la perfección esta temporalidad gloriosa, donde todo está constantemente convirtiéndose en algo más. 

Ellas tienen esencias que son la base de exquisitos perfumes, y casi todos los productos de belleza contienen alguna esencia floral. Así unas sirven para suavizar la piel, otras como infusiones, algunas son comestibles, y son también muy útiles para elaborar sprays repelentes de insectos.

La utilidad de las flores es muy extensa y variada; según quienes hacen terapias florales, hay un aroma distinto para cada paciente, no es algo estándar, ya que depende justamente de las asociaciones que la persona pueda llegar a hacer con determinado aroma.

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