“La paz está en que todos pueblos se unan. La paz se pide no solo por
la guerra; es la unión entre el vecino,
el hermano, la familia”, como lo afirma en la ciudad de Las Tunas, Cruz
Santisteban Hechavarría.
A la distancia de los años vividos, las emociones afloran al vivaz
rostro de esta mujer, al hablar del valor de la tranquilidad y el sosiego, de
su casa que se ganó en la microbrigada, el consultorio médico muy cerca, lo
cual ha sido posible porque el Comandante en Jefe Fidel Castro luchó por el
bienestar del pueblo, y siente una admiración profunda hacia él.
Muy peligrosa puede ser la desmemoria, cuando el mundo se debate entre
amenazas, tensiones, bombardeos y actos terroristas que cada día acaparan
titulares en la prensa.
El deterioro de valores, conductas incompatibles con el sistema social
cubano, las carencias materiales y su limitada pensión de jubilada no le
impiden abrir mente y corazón a la convivencia familiar y social.
Difícil fue su niñez en la etapa prerrevolucionaria, cuando de apenas
ocho años se vio forzada a empezar a trabajar, y vio el horror que no quiere vivir
jamás, de personas asesinadas o golpeadas en la calle hasta morir, por tratar
de cambiar la tiranía.
Preciso es mirar el pasado para atender el llamado de estar alertas
ante las ambiciones de las potencias imperiales, prestas a reuniones urgentes
en busca de consenso para nuevas agresiones y aumentar sanciones a Rusia, Irán
u otras naciones.
Tal premura nunca conlleva a destinar las sumas millonarias de la
guerra a reducir la pobreza, prevenir el VIH/SIDA, brindar asistencia
humanitaria, o promover los derechos humanos, las operaciones de paz, y el
desarrollo económico y social.
El ejemplo más reciente está en los empeños
de la Organización Mundial
de la Salud por
detener la expansión del Ébola, mientras una baja cifra de países,
como Cuba, respondió con prontitud al envío de personal médico.
Al menos diez grandes conflictos armados
dan cuenta de cómo el orden internacional se disgrega. Urge abogar porque cesen y la no-violencia sea una realidad para
todos los seres humanos, en especial cada 21 de Septiembre, “Día Internacional
de la Paz”,
declarado en 2001 por la
Asamblea General de las Naciones Unidas para conmemorar y
fortalecer los ideales de paz en cada nación y cada pueblo.