jueves, septiembre 12, 2013

¿Tanto amor por los Cinco?



Sí,es cierto,se trata de seres carnales, pero con diferencias y singularidades poco o nada común respecto a sus semejantes… Y es ahí donde brotan argumentos comprensibles como los dados a mi propia madre, cuya baja audición le limita apropiarse de las explicaciones técnicas del juicio más largo en los Estados Unidos.

El pueblo los espera
Entonces no cabe otro lenguaje que el sencillo y ameno, al decir que esos hombres sancionados a severas e injustas condenas fueron a los EE.UU a defender a su pueblo del terrorismo, sin poder hacer pública su verdadera identidad, pues no habrían conseguido la aprobación del gobierno de un país ensañado por más de cinco décadas con un pueblo desprendido de su tutela.

Los antiterroristas cubanos no dañaron la seguridad de aquel país, ni a su pueblo, incluso entre sus propios coterráneos hay testigos que así lo confirman; pero esas evidencias, las de periodistas pagados para lograr un clima hostil durante el juicio y otras tantas no se han presentando ante el jurado, bajo presión y amenaza.

El gran delito de los Cinco es haber nacido en Cuba, esta islita, un puntico perdido en el mar Caribe, continuar fieles a su Patria y no haber aceptado nunca declararse culpables.

Sin la verdad como escudo, nadie habría consagrado 15 largos años de sus vidas a privarse del aire, el sol, la familia, los amigos, los anhelos de sus vidas, la posibilidad de tener hijos o el verlos crecer a su lado y el de sus esposas y demás familiares.

Solo la irracionalidad y el odio pueden  estar negados a desoir los testimonios de esas personas cuyas vidas cambiaron para siempre desde aquel 12 de septiembre de 1998.

Algunas se prepararon para lejanías y ausencias, pero ninguna para castigos inmerecidos, como los del hueco, que solo de imaginarlo le cortaba la respiración a Irma, la madre de René González, ya en su tierra, aunque sin libertad total mientras siguen cautivos sus hermanos de causa.

La solidaridad mundial desafía el obstáculo del silencio de la gran prensa, una barrera sólida contra la cual se encaran personas de bien, atraídas por la justeza de la lucha; quienes se quedan apegadas al afán de ver triunfar su empeño.

Suman ya 3 lustros de ignominia. Un nuevo 12 de septiembre recibió el pueblo cubano con un amanecer del color amarillo repartido en cintas, lazos, prendas de vestir y otros tantos atributos, surgidos de la idea del Héroe René de tocar con sus propios símbolos la sensibilidad del pueblo estadounidense.

Es menester ponerse en el lugar de esos familiares que sienten mezcla de orgullo y dolor; de las hijas de Ramón Labañino que quieren su pronto regreso y no en silla de ruedas; de Adriana cuya mirada languidece sin haber podido reencontrarse con Gerardo Hernández; de Mirtha, la madre de Antonio Guerrero, presionada por el inexorable paso del tiempo, así como de Magalys la madre de Fernando González, aunque ya esté próxima la conclusión de su injusta pena. 

1 comentario:

  1. Hola María
    Queria invitarte a mi blog.
    Recien lo hice y aún no tengo amigos.
    Es poesía, pero le prometo que no se duerme.
    Hoy solo quería presentarme,

    Saludos

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