jueves, febrero 14, 2013

Separación familiar por casi tres lustros




Gerardo, René, Fernando, Antonio y Ramón 


"No ha de desperdiciarse ocasión alguna para la entrega, es necesario estrechar una mano, acariciar una frente mustia porque es obra de cada instante y necesita siempre alimento nuevo”; versos de José Martí, Héroe Nacional de Cuba, que imagino en medio del insomnio nocturno, o entre líneas de  alguna carta, arrugada de tanto revivir historias a la distancia de casi tres lustros de separación.  

Para mujeres valerosas, con la complicidad de madrugadas, en la soledad de la habitación rebosará la añoranza de encontrarse en el nuevo amanecer, en la próxima semana, en pocos días… el anuncio del retorno de sus esposos, un deseo que no desvela la conciencia de quienes pueden poner fin a la separación.

La paz de sus hogares parece borrar los sentimientos hacia fuera, al ignorar peticiones del mundo, en foros,   en mensajes electrónicos, que solo esperan de las autoridades el gesto humanitario de hacer valer los derechos  de los Cinco cubanos, que reciben otro día de San Valentín lejos de la Patria y de sus seres más queridos.
Una fecha en la que ante Gerardo Hernández volverá a estar la añoranza de su Adriana: Amor, se acerca la fecha de los enamorados y una vez más continuamos separados; todos los años decimos lo mismo, ¡este será el último! Desde 1998, para ellos se esfuma que “es necesaria la existencia de mutuas solicitudes, un beso, una mirada, una entrega diaria.”

Tanto tiempo negado para el reencuentro les impide recuperar sus vidas familiares, en lo mucho que se han perdido unos de otros, volver a lo cotidiano de profesarse amor y disfrutar de sueños postergados y presentes, porque “Como el hueso al cuerpo humano, y el eje a una rueda, y el ala a un pájaro, y el aire al ala, _así es la Libertad la esencia de la vida”.


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