Sergio junto a amigos Foto: Itsván Ojeda |
A los Cinco Héroes dedica el italiano
Sergio Nessi la Medalla de la Amistad que recibió en la Plaza de la Revolución
“Mayor General Vicente García González”, de la ciudad de Las Tunas, en
coincidencia con el cumpleaños 86 del máximo líder de la Revolución Cubana,
Fidel Castro.
Otorgada por el Consejo de Estado de la
República de Cuba, a propuesta del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos
(ICAP), la condecoración llena de orgullo y felicidad al coordinador de la Asociación
de Amistad Italia-Cuba (AAIC) en la región de Lombardía, quien desde hace 22
años apoya la condena al bloqueo, la lucha contra el terrorismo y por la
liberación de los antiterroristas encarcelados en los Estados Unidos.
Dedicar la Medalla a estos luchadores no lo
considera un gesto retórico, “y quienes me conocen –dijo- saben que no me gusta
la retórica, es que sí estoy convencido que aunque fuera el único motivo, aun
solo por tener a estos cinco hijos tan valientes, la Revolución Cubana se
merece el apoyo y la admiración de todos los pueblos del mundo”.
En el oriental territorio cubano inició
desde hace 15 años un trabajo de solidaridad con muchos de sus compatriotas,
que ha sido y sigue siendo muy importante, porque “es algo lo que uno da pero
siempre mucho lo que recibe, en el sentido del cariño de la gente, del
conocimiento de otra cultura, de otro
pueblo, de otra experiencia política y social.
El hermanamiento del círculo de Lombardía
con Las Tunas se firmó en 1997, a partir de su viaje a la provincia, cuando la
dirección del ICAP propuso este destino para un fuerte donativo de
medicamentos, a lo cual siguieron unas cuantas iniciativas como la brigada de
trabajo voluntario “Giovanni Ardizzone”, prevista para una ocasión pero ya suma
29 ediciones.
Desde 1990 la AAIC tiene entre sus miembros
a este profesor de Literatura e Historia de la escuela superior, quien había
pasado una vez por la nación caribeña de tránsito hacia Nicaragua; entonces solo
vio el aeropuerto, hasta interesarse después por su realidad, y venir en 1992 a
La Habana como integrante de una brigada.
Luego aumentó el trabajo voluntario, justo
cuando empezaba la etapa muy difícil del
Período Especial, en que “hacíamos lo posible para a ayudar a este pueblo que
tanto queremos”, afirmó Nessi, fundador de la asociación en su provincia, que
también encontró el amor de pareja en esta región oriental y –dijo- “me siento
un poquito tunero”.
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