jueves, noviembre 20, 2014

Juramento de servicio a la humanidad


Salvar vidas en cualquier lugar del paneta

En las repetidas veces de contemplar despedidas, en la oriental provincia de Las Tunas nunca dejan de impresionarme las escenas de los colabores de la salud con el largo abrazo a los familiares o las manos extendidas hasta perderse de vista unos a otros, mientras parten a prestar su ayuda a otros pueblos, que los distancia por un año y a veces    más tiempo.

Durante las vacaciones entre un año y otro ahí está la sentida frase de que “se extraña, se extraña mucho la tierra”, esa de la cual los ausenta la consagración de su vida al servicio de la humanidad cual lo recoge la Declaración de Ginebra, juramento de quien elige la Medicina como profesión.

A ese deber responde la presurosa partida de médicos cubanos al continente africano, a combatir el Ébola, sin esperar de cuántos países más podría llegar similar lección de humanismo.

Ninguna cifra monetaria podría pagar una sola de esas vidas puestas al servicio de otros, como lo supone el cálculo frío de unos pocos, aun en momentos de extremo peligro para los habitantes del planeta; mientras mayoritariamente se aplaude el altruismo de quienes tienen una formación ética y humanista.  

En la mira internacional está el elogio para esos galenos presentes en los sitios más riesgosos, no ajenos a las emociones íntimas ni a los rigores que ya vivieron la monja y misionera católica Madre Teresa de Calcuta o la pionera de la enfermería moderna  Florence Nightingale, tan solo por llevar consuelo a dolores del cuerpo y el espíritu.

Y más cercanos aún, la Heroína del Trabajo de la República de Cuba, Concepción Campa y otros científicos que en los años 80 del siglo pasado probaron con sus propios hijos la vacuna antimeningocócica, aquí, en la nación antillana.

Arriesgar su propia vida por la de muchos es la más humana de las inspiraciones del ejército cubano de batas blancas que hoy irrumpe en Sierra Leona, Liberia o Guinea Conakry en lucha abierta contra el Ébola.

Precisamente ahora trasciende la solidaridad con los familiares del doctor contagiado de Ebola, quien se encuentra en Ginebra para recibir cuidados especializados, y estamos pendientes por su salud los cubanos y muchas otras personas en diversas regiones del mundo, la manera más digna de recompensar esa consagración.



El Ministerio de Salud Pública de Cuba ha informado  que se trata de Félix Báez, de 43 años de edad y especialista en medicina interna que forma parte de la Brigada del Contingente Internacional ‘Henry Reeve’ que está en Sierra Leona para combatir el brote de ébola.

Cuba, reconocido internacionalmente por el gran nivel de sus trabajadores sanitarios, ha enviado 165 médicos y enfermeros a Sierra Leona, 53 a Liberia y 38 a Guinea, los tres países más afectados por el ébola en África Occidental.

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http://www.cubadebate.cu/noticias/2014/11/20/medico-cubano-contagiado-de-ebola-ya-esta-en-ginebra/#.VG6ws2c6ogs