Cuando los amigos cuentan

Bastó un breve intercambio entre representantes de varias instituciones de Las Tunas acerca de dos temas que mucho afectan al pueblo cubano, para hablar de ejemplos ahí tan cercanos que podemos tocarlos, o conocer vivencias aún por contar.

El historiador de esta ciudad capital, Víctor Marrero Zaldívar, siente gratitud por el destino de un afiche con los rostros de los Cinco, que estuvo en su oficina y luego se multiplicó en Miami, a donde lo trasladó Héctor García Soto, biznieto del Mayor General Vicente García González, presidente de la fundación identificada con el nombre del prócer tunero.

Junto a familiares y amigos contribuye a divulgar la verdad de Cuba, como lo demostró el gesto de facilitar la circulación de esa propaganda luego de reproducida de conjunto con la Alianza Martiana, para que se conozca a René González, Gerardo Hernández, Fernando González, Ramón Labañino y Antonio Guerrero, en prisión injusta por casi 15 años en los Estados Unidos .

En la lucha a favor de su causa financian artículos en periódicos locales, mantienen transmisiones radiales, organizan encuentros dedicados a quienes nunca atentaron contra la seguridad del pueblo estadounidense, y envían mensajes a Obama en demanda de que los libere, y se elimine el bloqueo económico, comercial y financiero contra la nación cubana.

La hostil política impidió que editoriales del país norteño publicaran dos libros de Víctor Marrero, debido a la prohibición de pagar derecho de autor a los escritores cubanos; entonces la fundación “Vicente García” ayudó en la edición de los textos Cronología de la guerra (1868-1878) y Los Generales de Vicente García, de los cuales distribuyó ejemplares hacia otros lugares, incluida la provincia de Las Tunas.

El historiador explicó que por cada libro pudo haber cobrado entre 10 mil y 15 mil dólares, pero lo dejó en un segundo plano porque esa posibilidad solo la tienen quienes deserten o escriban un artículo reaccionario contra Cuba, y opina que “el bloqueo mediatiza el derecho intelectual de los autores cubanos, de manera similar a lo que ocurre en otros sectores”.

Separación familiar por casi tres lustros

Gerardo, René, Fernando, Antonio y Ramón 

"No ha de desperdiciarse ocasión alguna para la entrega, es necesario estrechar una mano, acariciar una frente mustia porque es obra de cada instante y necesita siempre alimento nuevo”; versos de José Martí, Héroe Nacional de Cuba, que imagino en medio del insomnio nocturno, o entre líneas de  alguna carta, arrugada de tanto revivir historias a la distancia de casi tres lustros de separación.  

Para mujeres valerosas, con la complicidad de madrugadas, en la soledad de la habitación rebosará la añoranza de encontrarse en el nuevo amanecer, en la próxima semana, en pocos días… el anuncio del retorno de sus esposos, un deseo que no desvela la conciencia de quienes pueden poner fin a la separación.

La paz de sus hogares parece borrar los sentimientos hacia fuera, al ignorar peticiones del mundo, en foros,   en mensajes electrónicos, que solo esperan de las autoridades el gesto humanitario de hacer valer los derechos  de los Cinco cubanos, que reciben otro día de San Valentín lejos de la Patria y de sus seres más queridos.

Una fecha en la que ante Gerardo Hernández volverá a estar la añoranza de su Adriana: Amor, se acerca la fecha de los enamorados y una vez más continuamos separados; todos los años decimos lo mismo, ¡este será el último! Desde 1998, para ellos se esfuma que “es necesaria la existencia de mutuas solicitudes, un beso, una mirada, una entrega diaria.”

Tanto tiempo negado para el reencuentro les impide recuperar sus vidas familiares, en lo mucho que se han perdido unos de otros, volver a lo cotidiano de profesarse amor y disfrutar de sueños postergados y presentes, porque “Como el hueso al cuerpo humano, y el eje a una rueda, y el ala a un pájaro, y el aire al ala, _así es la Libertad la esencia de la vida”.