viernes, julio 27, 2012

Una familia que aprovecha bien el verano


Cada año el verano llega con proyectos de recreación, y en la ciudad de Las Tunas, 690 kilómetros al este de La Habana, una familia estrecha relaciones con personas de toda la isla que la han llevado a conocer muchos sitios, donde se reparten amistad y amor sin definir cuotas.
Aunque son trabajadores, siempre aparece el tiempo para la vida social, como un reciente fin de semana en que los hermanos Fidel y Yanet Barroso se fueron hasta el vecino territorio de Holguín, a donde esta vez no pudo viajar su mamá Carmen Gamboa.


El motivo fue el encuentro de los seguidores de la Tecla del duende, del diario “Juventud Rebelde”, en su mayoría mujeres, muchas de ellas jubiladas, aunque con un entusiasmo envidiable, acostumbradas a ofrecer no solo experiencia acumulada, sino acogida en sus hogares.

Con el empuje de su juventud, Fidelito prefiere los viajes en tren, no solo por lo económico sino porque dura más el recorrido, que suman unos cuantos ya tanto por el oriente como por occidente, en ciudades, poblados rurales y en especial bases de campismo.

Lo mejor de ese andar son las amistades muy lindas de varias provincias, que marcan su vida porque llegan para quedarse, “imagínate invitarte a su casa personas que has visto una sola vez”, y lo que conoce de Cuba es gracias a ellas.

Yanet se ha  integrado a la competencia por ser de las primeras en llegar a la capital teclera, en Guaracabulla, Villa Clara; una parte del trayecto ha sido en tren y el resto en guagua u otro vehículo, cuya compensación está en ese espíritu de hacer amigos duraderos al reunirse allá.


“Nos ha dado cosas bonitas, nos ha formado en valores, 
espiritualmente”, dice la joven educadora acerca de los encuentros, y describe las emociones de reencontrar a personas que hace cuatro, cinco meses o un año que no ven, las anécdotas de a veces quedarse sin dinero y compartir un pan, una pizza, y el haber ido a Santiago de Cuba por una semana y pasarse 15 días.

Este año llegó Carmen a la localidad villaclarella que se adueña de una cita fija, el primero de julio, desde que dejó abierto el escenario para compartir amor y amistad el “Genio”, Guillermo Cabrera Álvarez, reconocido periodista que por coincidencias de la vida en ese propio lugar dejó de existir hace cinco años.

Como los hijos estaban en las tertulias ella se embulló, no viaja mucho por problemas de trabajo, pero hospeda a visitantes que llegan a la provincia, le gustó mucho el viaje al centro de la isla, y como lo más bonito de esas relaciones fraternales define el poder compartir, junto a la ayuda entre todos para un enfermo u otra necesidad.

Lo más próximo para los hermanos será el traslado hacia instalaciones de Campismo de Camagüey y Ciego de Ávila, de modo que los meses de julio y agosto todos los años les reservan algún recorrido, cual aventuras quijotescas, aunque en disfrute colectivo a precios asequibles.

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